De ella no solamente se eliminan los alimentos de origen animal, sino también los derivados de ellos. Es decir, las personas veganas no consumen carne, pero tampoco lácteos, huevos o miel, por ejemplo. La mayor parte de las veces, este tipo de dieta no se pone en práctica por cuestiones alimenticias o de salud, sino que muchas personas la realizan por motivos éticos o medioambientales.