En anatomía y en las áreas de la salud podemos clasificar el equilibrio de acuerdo a la posición y al movimiento que realiza la persona durante un tiempo determinado. Sus tipos son los siguientes:
Estático, es mayormente conocido como estabilidad debido a que la persona mantiene su postura en una superficie estable, es decir sin movimiento.
Dinámico, es propiamente el equilibrio y se refiere a la capacidad que tiene la persona para mantener la postura sobre una superficie que se mueve.
Tanto en el equilibrio dinámico como el estático, el cuerpo debe vencer la gravedad para mantener la postura.
El equilibrio es necesario para el cuerpo humano, debido a que es la manera que tienen nuestras estructuras de mantenerse activas durante las diferentes posturas que se realizan día a día. Además, gracias a todos los sistemas que colaboran para coordinar esta capacidad física, podemos mantener el centro de gravedad en su posición y así evitamos las caídas constantes.