El nivel de intensidad se puede adaptar a las necesidades de cada persona. La rutina que suelo practicar incluye patadas laterales, al aire, sentadillas combinadas, zancadas o elevaciones de piernas para tonificar la parte interna del muslo, etc. Mi experiencia ha resultado muy positiva y, después de varios meses de repetición y constancia, he notado mejoría en el tono y la fuerza que me son útiles también para practicar pilates o tenis.