Dieta Flexitariana
¿Qué es la dieta flexitariana?
El Flexitarianismo consiste en una combinación inteligente y saludable de proteínas, vegetales, frutas, granos integrales y verduras. Es una dieta baja en grasas saturadas y colesterol.
Este régimen alimenticio fue creado por la dietista Dawn Jackson Blatner, dirigido inicialmente a personas que siguen una alimentación vegetariana, sin dejar de consumir proteína animal en menor grado, especialmente carnes blancas y magras.
¿Para qué sirve la dieta flexitariana?
Esta dieta es ideal para aquellas personas que desean perder peso y reforzar su sistema inmunitario, así como prevenir enfermedades digestivas y cardiovasculares.
Asimismo, fomenta el consumo de productos de origen vegetal (frutas, legumbres, verduras y granos enteros.
Beneficios de la dieta flexitariana
- Es la dieta más sana y aconsejable para bajar de peso, ya que reduce el consumo de alimentos procesados, los cuales tienen un alto impacto calórico.
- No tiene efectos secundarios ni contraindicaciones.
- Regula el peso y mejora la composición corporal, al disminuir el consumo de grasas totales y saturadas de los alimentos de origen animal.
- El consumo de proteína de origen animal permite la obtención de ácidos grasos Omega 3, proteínas y vitamina B12.
- Esta dieta es apta para personas de cualquier edad.
- Aporta mayor energía y vitalidad.
- Provee una mayor luminosidad en la piel.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Permite un ahorro considerable en la adquisición de ingredientes y productos cotidianos, correspondientes al esquema de alimentación de esta dieta.
Esquema de alimentación de la dieta flexitariana
El esquema alimenticio de la dieta flexitariana se basa en el consumo de un 80% de alimentos vegetales y el 20% de productos de origen animal, entre los que se destacan carnes blancas y magras, pescados, quesos, huevos y otros lácteos.
Algunas pautas que se deben seguir en esta dieta son los siguientes:
- Las carnes rojas se debe consumir de manera ocasional, por lo menos una o dos veces al mes.
- Tomar mucha agua.
- Evitar las bebidas gaseosas y con azúcar.
- Evitar los alimentos procesados o precocinados.
- Asegurar las horas de descanso diarias.
- Hacer ejercicios o alguna actividad física de forma regular.
A continuación te mostramos un ejemplo del menú de esta dieta:
Desayuno:
1 taza de café, pan integral, mermelada de fresa, arándanos o un yogur. Se debe incluir siempre una pieza de fruta en el desayuno.
Almuerzo:
Ensalada de vegetales (garbanzos, calabacín, queso feta, tomates cherry y albahaca), acompañado con pimientos rellenos de tomate y soja texturizada. Se deben incluir siempre verduras y legumbres en el almuerzo.
Cena:
Una tortilla acompañada de una guarnición de verduras.