¿Por qué hacerse un masaje?
La mente y el cuerpo trabajan juntos y, por lo tanto, ciertas condiciones pueden causar cambios físicos en el cuerpo, haciéndolo más propenso al dolor y las lesiones.
Los múltiples estados de vitalidad pueden ser el punto de partida de la tensión muscular, que provoca dolor de espalda, falta de energía, cansancio, fatiga…
En tales casos, el masaje y el ejercicio pueden ser una terapia curativa.
Por qué se recomienda recibir masajes con frecuencia
La visita de un fisioterapeuta o masajista a domicilio, se suele contratar para la recuperación de lesiones. Esa es la principal tarea de un fisioterapeuta o masajista, pero no la única.
Tanto la prevención como el asesoramiento de diversas patologías puntuales o crónicas son tareas que receta y puede observar este especialista.
Existen ejercicios físicos adecuados y que nos ayudan a conseguir una salud óptima.
5 razones para contratar un masaje
Prevenir el deterioro óseo y muscular
El tratamiento de la osteoporosis con masaje juega un papel importante en la promoción de la densidad ósea. Ponerse en manos de expertos en masaje es imprescindible para ver resultados. Una técnica es la terapia magnética para tratar la osteoporosis.
Optimizar las funciones básicas del organismo
Todos los seres vivos, sin excepción, realizan varias funciones importantes para mantener el nivel de vida. Estas funciones permiten a los seres vivos obtener energía y utilizarla para sus funciones vitales de nutrición, circulación, respiración, excreción y reproducción. El masaje aplicado puede mejorar el funcionamiento de estos procesos.
Mitigar el dolor
El masaje profundo (fricción, golpeteo, amasado) puede liberar la causa del dolor y liberar histamina en los tejidos. Es agradable, calmante y relajante. Es posible que como resultado se puede observar en el mediano plazo un aumento en la concentración de endorfinas
Reducir la dependencia a ciertos medicamentos
Junto al alimento, la terapia física contrarresta el uso excesivo de calmantes, pastillas anti dolores, y otros fármacos que tampoco tratan la raíz del problema, y más bien están creados para aliviar una situación. El masaje como tratamiento corrige y restituye condiciones en la búsqueda del bienestar anatómico.
Disminuir la tensión muscular
La técnica de punción seca cuenta con evidencia científica que demuestra su alta eficacia. Si una masajista puede identificar los puntos desencadenantes, es probable que se vean mejoras significativas en una sola sesión, dada la capacidad de la persona para tolerar la picadura.
De lo contrario, tendrían que someterse a más sesiones para continuar el tratamiento. Luego se utilizan técnicas adicionales como estiramiento, contracciones intencionales y liberación de presión para reducir la tensión muscular.
Prevenir diferentes lesiones
Es muy importante conocer el compromiso del masajista desde el aspecto preventivo. Consiste en mejorar la musculatura del deportista mediante ejercicios para evitar cargas innecesarias y crear una buena rutina de movimientos corporales.
El objetivo principal de la prevención es mantener alejados los factores que pueden causar lesiones y también minimizar la ocurrencia de lesiones tanto como sea posible.
Para ello, el médico puede utilizar, entre otras cosas, un masaje deportivo, cuya finalidad es relajar o tensar la zona, pues su labor preventiva se entiende y se aplica antes y después del entrenamiento.
Además, puede recomendar otras medidas, como vendajes para proteger determinadas articulaciones o el uso de frío o calor si el riesgo de lesiones es elevado.
Agilizar el sueño y mejorar el descanso
Con la ayuda del masaje, el terapeuta trata de reducir la tensión en los músculos y otros tejidos blandos, y también se activan los “procesos de limpieza” de residuos químicos específicos del trabajo muscular, lo que también mejora la hipertrofia.
Además, existe un efecto reflejo calmante y relajante que se produce cuando las manos rozan la piel y el tejido muscular del atleta, producto del contacto físico de las manos.
La intensidad del masaje es mayor o menor según el estado de los músculos y las necesidades del deportista, pero hay que ajustarla porque siempre hay deportistas a los que les gusta más o menos compresión.
Estimular la circulación sanguínea
El propósito del masaje circulatorio es activar la circulación sanguínea y linfática para promover la renovación celular. Con esta técnica movilizamos fluidos corporales y favorecemos la eliminación de toxinas cuando llegan a los órganos y nódulos nerviosos encargados de suprimirlas.
Está destinado a todo tipo de personas, pero especialmente a aquellas que sufren trastornos circulatorios o tienen retención de líquidos, celulitis, dolores de cabeza, obesidad o insomnio. Dependiendo de la situación del cliente, el método varía según el sistema que estemos trabajando: tejido venoso, arterial o linfático.
Aumentar el rendimiento físico
El alto rendimiento deportivo requiere muchas horas de entrenamiento y por tanto muchas horas de recuperación. La planificación de un buen programa de entrenamiento y recuperación es tan importante como la planificación de un buen programa de recuperación.
La actividad intensa conduce inevitablemente a la fatiga, que no se limita a simples cambios en los músculos, sino que provoca complejos procesos fisiológicos que afectan a todos los órganos y tejidos del cuerpo y que alteran el normal funcionamiento del sistema nervioso central, periférico y psicovegetativo.
Por ello, tras la valoración inicial, se recomiendan sesiones de masaje para paliar los efectos físicos que provocan estas afecciones y mejorar así la salud en general.